Historia – Nuestra Escuela Rural

Education Concept

Transcurren los primeros años de la década de los 80 y a la escuela empiezan a llegar aires de cambio. Los movimientos de renovación pedagógica están dando sus frutos en toda España y sin embargo la escuela rural agoniza.

Por un lado, el maestro rural se encuentra solo, desorientado, desmotivado; las escuelas unitarias no tienen apenas recursos para enfrentarse al gran reto de su modernización.

Por otro lado las localidades rurales está, sin niños, las escuelas están vacías porque los alumnos son transportados a los colegios grandes de los pueblos cercanos, donde pasan la mayor parte del día, ya que tienen clases por la mañana y por la tarde y tienen, además, comedores escolares.

Es en este contexto cuando la Junta de Andalucía se da cuenta de la situación, al igual que otras comunidades autónomas, y decide poner en marcha un proyecto pionero que se desarrollaría en toda la comarca del Bajo Almanzora, el PRECOBAL (Proyecto de Educación Compensatoria del Bajo Almanzora).

Este proyecto empieza a funcionar a partir del curso 1985/1986, involucrando a todas las escuelas rurales de Cuevas del Almanzora (Guazamara, Palomares, La Portilla, Los Guiraos, El Largo, Los lobos, Las Herrerías, Burjulú, Villaricos, Las Cunas, El Alhanchete), de Antas (Aljáriz), de Pulpí (El Convoy, El Pozo de la Higuera, La Fuente, El Pilar de Jaravía), de Huércal-Overa (Santa María de Nieva, Góñar, Las Estancias, El Saltador) y Bédar.

Los maestros/as de todas estas escuelas se agrupan formando un único claustro de profesores (alrededor de 80) y con un equipo directivo dirigido por el coordinador del proyecto.

Existe, además, la figura de los SAES (Servicio de Apoyo Escolar), encargados de dar apoyo a las distintas escuelas y de crear, organizar y distribuir materiales didácticos para las escuelas. Disponían de una furgoneta Mercedes, grande y nueva, para trasladar los recursos a las distintas escuelas, e incluso el traslado de maestros/as para realizar actividades de formación, coordinación, etc.

Se crea, también, el CERE (Centro de Recursos), situado en el edificio del actual Centro de Profesores. Al frente de este centro hay dos encargados de recopilar, recibir, organizar y divulgar todos los recursos que van llegando desde la Consejería de Educación: material audiovisual, de laboratorio, bibliotecas escolares, de idiomas…

Los maestros/as que participamos en el proyecto empezamos a estar ilusionados, a ver cómo se van llenando de alumnos nuestras escuelas, y cómo van cambiando las formas de trabajar. Nos involucramos plenamente en este cambio: creamos Seminarios Permanentes, para trabajar en equipos en distintas áreas y ámbitos educativos, cambiamos metodologías dentro de nuestras escuelas, aprovechamos la gran riqueza pedagógica que nos brinda el entorno medioambiental; los padres y madres se animan a participar con nosotros como nunca lo habían hecho, y se organizan actividades en las mismas barriadas (teatro, festivales, concursos, celebración de efemérides…); los maestros/as aprendemos a generar nuestros propios recursos, realizamos programaciones de aula globalizadas por primera vez, donde quedan plasmados verdaderos contenidos significativos relacionados con su entorno.

La administración, como al principio he referido, se involucra de verdad. Pone a disposición bastante recursos humanos y pedagógicos, dota al proyecto con copiosos recursos económicos; e incluso, para dar estabilidad al mismo, ofrece comisiones de servicio a los profesores/as que participan en él.

Después de varios cursos la Consejería decide ir creando colegios nuevos, con sus plantillas respectivas, en algunas barriadas como Palomares, Guazamara, San Francisco (El Saltador), etc. Poco a poco se van segregando estas escuelas y van quedando menos escuelas que integran el proyecto.

Así llegamos al año 1989, fecha en la que la Junta de Andalucía, después de evaluar los resultados del proyecto y de otros como este que han estado funcionando en Andalucía, decide crear los CPRs (Colegios Públicos Rurales) en toda la comunidad. Es en este momento cuando se crea nuestro actual colegio, al que decidimos ponerle “Sierra Almagrera” y que en un principio va a empezar a funcionar con sede en La Portilla y englobando las seis escuelas que actualmente conforman este colegio, y además, la escuela de Bédar que más tarde se separaría.

Al principio, nuestro colegio tuvo que hacer un gran esfuerzo para adaptarse al marco de la nueva Ley de Educación (LOGSE), tanto a nivel curricular como a nivel organizativo. Se ponían en marcha los Especialistas Itinerantes de Inglés, E.F., Música, Religión… Los Consejos Escolares se hacían más participativos. Se seguían desarrollando gran cantidad de actividades de formación y de grupos de trabajo, a los que asistían bastantes profesores/as.

En el año   1996 se inaugura el Colegio de Villaricos, con la asistencia de las autoridades educativas de la Junta, entre ellos el consejero Manuel Pezzi. Este colegio se recibe con gran júbilo ya que mejora la práctica educativa en esta localidad.

Años más tarde se amplía la Escuela de Las Herrerías, cuyas clases se estaban impartiendo en el antiguo edificio que había detrás del Bar Eugenio. Esto es así, porque llegan a esta localidad un número elevado de familias de etnia gitana procedente del Barrio de Los Almendros de Almería y del municipio de Gádor. Las autoridades habilitan varios módulos prefabricados y los sitúan al lado de la carretera. Al principio nos comunicaron que sería para pocos cursos y que pronto se construiría la nueva escuela, promesa que hasta la fecha no se ha cumplido.

En pocos años, este colegio rural pasa de una plantilla de unos 12-14 profesores/as a tener una plantilla en la actualidad de 28-30 profesores/as.

Nuestro colegio rural empieza a desarrollar y participar en numerosos proyectos compartidos con varios colegios del municipio: Proyecto Arco Iris Deportivo (recibiendo gran cantidad de recursos y materiales deportivos); también participa varias veces en el Proyecto Escuelas Viajeras (viaje de estudios a Toledo, a Zaragoza y a Huesca); se ponen en marcha un Plan de Actividades Extraescolares con talleres de manualidades, de inglés, de juegos para Infantil, actividades deportivas… Empezamos a realizar actividades complementarias: viajes y visitas culturales de todo tipo.

En resumen, la población rural empieza a contar con una infraestructura educativa y cultural que las dinamiza. Pero, como siempre suele pasar, la falta de iniciativa de la administración autonómica (Consejería de Educación), de la provincial (Diputación Provincial de Almería) y local (Ayuntamientos), no han invertido nada en planes para desarrollar cultural y socialmente estas zonas desfavorecidas y ahora se encuentran un poco al “ralentí”; lo único que hay en cada localidad a nivel social, cultural y educativo lo ofrece la escuela y nada más.

En los últimos años nuestro colegio ha vuelto a avanzar en la modernización de sus aulas, con recursos como las pizarras digitales, los ordenadores para los alumnos procedentes del Proyecto de Escuela TIC 2.0, impulsado por la Consejería, la creación y puesta en marcha del Plan de Calidad y Mejora de los Rendimientos Escolares que hasta la fecha se está desarrollando, del Programa de Acompañamiento Escolar, el Programa de Bibliotecas Escolares, Plan de Escuela Espacio de Paz, Plan de Coeducación, Plan de Compensatoria…

Además, ha coincidido este último impulso con la llegada al centro de profesores/as que están muy integrados en la dinámica del mismo, participando en todas las act6ividades y trabajando con verdadero espíritu de innovación en nuestras aulas; además, con un equipo directivo que ha propiciado la participación del profesorado y que ha contribuido a crear un clima excelente de compañerismo y de buenas prácticas docentes.

También está colaborando con decisión el AMPA “Tierra y Mar”, ayudando a concienciar a los padres y madres de que merece la pena colaborar para mejorar la realidad educativa en nuestro centro.

Para finalizar, decir que la escuela rural merece la pena, que invertir en ella es invertir en el desarrollo de todo el mundo rural, que tan castigado y abandonado ha estado siempre, y que merece la pena darle las mismas oportunidades que se les dan a los colegios de las ciudades. Nuestro Colegio Público Rural Sierra Almagrera ofrece, como centro educativo, todo lo que puede tener cualquier colegio de cualquier ciudad grande y desarrollada; pero es más, ofrecemos a nuestros alumnos/as lo que los demás no pueden ofertarles, y es trabajar en un entorno natural, tranquilo, en contacto con la naturaleza, y con alumnos alegres, vivos y con ganas de “mamar” esa educación que no les ofrece nadie.

¡Ánimo a todos, compañeros/as, madres y padres, alumnos/as! ¡Luchemos por nuestro centro! ¡Nuestros alumnos/as se lo merecen!

“Educar es amar”

Antonio Jesús Aznar Sánchez
Maestro de Primaria